(Javier Espada Valenzuela)[1].- Bolivia y Noruega fueron dos países que, casi simultáneamente, obligaron a algunos sectores de la economía a presentar sus Balances Sociales. Aún Noruega nos lleva 60 años de delantera en la temática de Responsabilidad Social Empresarial (RSE).
En nuestro país, esta obligatoriedad fue establecida por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) mediante Circular No. 170/2013 para Entidades de Intermediación Financiera (EIFs)[2], fijando el plazo de presentación de Balances Sociales hasta el jueves 30 de abril de 2015.
¿Qué es un Balance Social?
Es bueno comenzar aclarando que Memoria de Sostenibilidad, Reporte de Sustentabilidad, Informe de RSE o Balance Social son lo mismo. Esta aclaración es necesaria, ya que se ha corrido cierto rumor de que las EIFs deben presentar varios documentos ante la ASFI. Lo que la ASFI solicita es un solo documento llamado Balance Social, cuya definición se encuentra en el art. 3 del Reglamento de RSE.
El Balance Social es un instrumento que comunica la gestión de RSE a todos los grupos de interés y refleja el impacto en las dimensiones: económica, social y ambiental y, si se quiere ir más allá, permite establecer compromisos institucionales en materia de sostenibilidad para los siguientes años. Es un documento netamente técnico, no esperemos encontrarnos con algo tan agradable como una memoria institucional, ya que en el Balance Social también se puede comunicar información “incómoda” para los ejecutivos, como multas, sanciones, impactos negativos en la sociedad o el medio ambiente producto de las operaciones de la EIF.
Precisamente ese es el espíritu de este documento. Ya que se basa en uno de los principios más importantes de la RSE que es la ética, no permite mentir ni usar juicios de valor como “El Banco XX es el mejor de Bolivia”, cuando en los hechos y en papeles esto no sea cierto.
El Balance Social, al tener como inspiración la RSE, conlleva la responsabilidad de tomar acciones sobre lo bueno y lo malo que reporta la EIF. El Balance Social, en un sano ejercicio de conciencia, debería invitar a los máximos ejecutivos de la EIF a un análisis y reflexión sobre el impacto generado por la institución y como se puede mejorar su accionar, relación y comunicación con sus grupos de interés de manera escalonada y evolutiva.
¿Qué debe contener un Balance Social?
El Reglamento de RSE de ASFI permite que el Balance Social siga lineamientos internacionales; sin embargo, nos hay que olvidar que ese Reglamento emite lineamientos nacionales para las EIFs que son complementados por el Art. 113 de la Ley de 393 de Servicios Financieros, tales como:
- Apoyo financiero a las prioridades productivas de los sectores estratégicos de la economía, generadoras de empleo e ingresos de excedentes. (Cartera de créditos productivos)
- Asignación de financiamiento productivo a las micro, pequeñas y medianas empresas, urbanas y rurales, artesanos y organizaciones comunitarias. (Cartera de créditos PyME y MyPE)
- Provisión de servicios financieros dirigidos a la población de menores ingresos. (Productos crediticios)
- Atención de servicios financieros en zonas geográficas de menor densidad poblacional y menor desarrollo económico y social, especialmente del área rural. (Cobertura de operaciones)
- Financiamiento a nuevos emprendimientos productivos o innovaciones vinculadas a la actividad productiva. (Cartera de créditos productivos)
- Otros reglamentados por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero – ASFI, a los fines de evaluar el grado de cumplimiento de la función social de los servicios financieros por parte de las entidades de intermediación financiera. (Cartera de créditos productivos y vivienda social)
¿Cómo se mide la gestión de RSE?
Sabemos que la sociedad boliviana todavía tiene confusiones entre RSE y Marketing, alimentadas por publicidades de nuestro medio. Sirva este artículo para diferenciar que Marketing (Así en blanco y negro) persigue un único interés: Obtener mayores ingresos captando más clientes, a través de mayores ventas y el posicionamiento de productos y marca. RSE no tiene como objetivo obtener mayores ganancias, si así se lo cree hay que repensar el motivo por el cual se decide hacer RSE. Para implementar iniciativas de RSE se deben “sacrificar” las utilidades de la organización en pos de mejorar las condiciones sociales de los trabajadores y/o efectuar inversiones ambientales que reduzcan o mitiguen los impactos medioambientales de las operaciones. ¿Por qué? Simple y llanamente porque es lo correcto.
El Reglamento de RSE de ASFI establece que el Balance Social debe ser calificado por un ente externo. Esto se debe a que en el pasado algunas EIFs se autocalificaron sin que nadie valide si la información era cierta o no. Se debe entender que esta calificación conlleva una fase de auditoría que valida la información plasmada en el Balance Social. La calificación y auditoría de RSE son trabajos complementarios y no separados. Una es consecuencia de la otra.
Últimas consideraciones
Algunas EIFs se encuentran esperando una reglamentación especial sobre los Balances Sociales. Desde mi punto de vista, ASFI ya ha establecido las reglas de juego sobre este tema y esperar más tiempo por una posible normativa resulta riesgoso, pues el incumplimiento en la presentación del Balance Social en el tiempo establecido conlleva multa y lo que es peor, un impacto negativo en la reputación de la EIF.
También es posible que este año, ASFI se encuentre con un sinnúmero de formatos de Balances Sociales de las diversas EIFs y calificaciones de todo tipo. Si esto sucede, se requerirá que en 2016 se establezcan escalas, formatos y posiblemente metodologías contextualizadas a nuestra realidad, de tal manera que el Balance Social sea estandarizado para las EIFs y permita un mejor control sobre los impactos de la RSE en la sociedad.
Es muy importante tener un objetivo común de RSE para las EIFs, para que los programas, proyectos e iniciativas sumen y el impacto sea mayor, evitando la dispersión de acciones.
[1] Javier Espada Valenzuela es asesor experto en Gestión de la RSE en el Estado Plurinacional de Bolivia.
[2] El Reglamento de RSE obliga la presentación de Balances Sociales a Bancos, Fondos Financieros Privados, Bancos de Segundo Piso, Mutuales de Ahorro y Préstamo, Cooperativas de Ahorro y Créditos Abiertas, Cooperativas de Ahorros y Créditos Societarias e Instituciones Financieras de Desarrollo, que cuenten con licencia de funcionamiento otorgada por la ASFI.