Un informe avalado por Naciones Unidas informa que un millón de especies animales y vegetales están en peligro de extinción. Por otra parte, se conoció el dato de que la atmósfera alcanzó el máximo histórico de concentración de gases de efecto invernadero. ¿Las causas?: los estilos de vida de alto consumo en las economías desarrolladas y emergentes y un modelo energético global cuestionado.
Según nota informativa de https://www.comunicarseweb.com el informe de la Plataforma Intergubernamental en Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES en sus siglas en inglés), un organismo dependiente de las Naciones Unidas, pone de manifiesto que la exacerbada degradación del suelo, causada por las actividades humanas está poniendo en riesgo el bienestar de dos quintos de la humanidad, causando las extinciones de especies e intensificando el cambio climático.
Los peligros de la degradación del suelo, que costó alrededor del 10% del producto bruto anual mundial en 2010 a través de la pérdida de la diversidad biológica y servicios de los ecosistemas, están detallados para los responsables de formulación de políticas, junto con un catálogo de opciones correctivas, en el informe de evaluación de tres años elaborado por más de 100 expertos destacados de 45 países.
El informe afirma con claridad meridiana que los factores que impulsan la degradación del suelo son los estilos de vida de alto consumo en las economías más desarrolladas, combinados con el aumento del consumo en las economías menos desarrolladas y emergentes. El consumo per cápita alto y en aumento, intensificado por el crecimiento continuo de la población en muchas partes del mundo, puede llevar a niveles insostenibles de expansión agrícola, extracción mineral y de recursos naturales y urbanización, generalmente ocasionando mayores niveles de degradación del suelo.
“Con impactos negativos sobre el bienestar de por lo menos 3200 millones de personas, la degradación de la superficie terrestre de la Tierra a través de las actividades del hombre, está empujando al planeta hacia la sexta extinción masiva de especies”, afirmó el Profesor Robert Scholes (Sudáfrica), copresidente de la evaluación con el Dr. Luca Montanarella (Italia). “Evitar, reducir y revertir este problema, además de restaurar el suelo degradado, es una prioridad urgente para proteger la diversidad biológica y servicios de los ecosistemas vitales para toda vida sobre la Tierra y para garantizar el bienestar humano”.
“En solo poco más de tres décadas a partir de ahora, aproximadamente 4000 millones de personas vivirán en zonas áridas”, afirmó el Prof. Scholes. “Para entonces es probable que la degradación del suelo, junto con los problemas estrechamente relacionados al cambio climático, habrán forzado a entre 50 y 700 millones de personas a emigrar. La decreciente productividad de la tierra también hace que las sociedades sean más vulnerables a la inestabilidad social, particularmente en las zonas áridas, donde años con lluvias extremadamente escasas han sido asociados a un aumento de hasta el 45% de conflictos violentos”.
El Dr. Montanarella agregó: “Se predice que para el año 2050, la combinación de la degradación del suelo y el cambio climático reducirá los rendimientos globales de los cultivos en un 10% como promedio y en hasta un 50% en algunas regiones. En el futuro, la mayor parte de la degradación ocurrirá en América Central, América del Sur, África subsahariana y Asia; las áreas a las que le quedan la mayor cantidad de tierra adecuada para la agricultura”.
A menudo denominado como el «IPCC para la diversidad biológica», IPBES es un organismo intergubernamental independiente compuesto por 129 gobiernos miembro. Establecido por los gobiernos en 2012, brinda a los responsables de formulación de políticas evaluaciones científicas objetivas sobre el estado de conocimiento relativo a la diversidad biológica del planeta, a los ecosistemas y a las contribuciones que hacen a las personas, así como las herramientas y métodos para proteger y usar estos activos naturales vitales de manera sostenible.
– “No conocemos un planeta como éste”
Según los datos del Observatorio Mauna Loa que está ubicado en Hawai, el planeta nunca había tenido tantos gases de efecto invernadero como los de este lunes. La concentración de dióxido de carbono ha alcanzado más de 415 partes por millón (ppm).
El meteorólogo Eric Holthaus publicó en su cuenta personal de Twitter un mensaje explícito sobre las consecuencias que el efecto invernadero tiene en el planeta. “Ésta es la primera vez en la historia humana que la atmósfera de nuestro planeta ha tenido más de 415 ppm de CO2. No sólo en el tiempo del que tenemos registros, no sólo desde la invención de la agricultura hace 10.000 años. Desde antes de que existieran los humanos modernos hace millones de años. No conocemos un planeta como éste”.
El observatorio de Vigilancia Atmosférica Global de Izaña (Tenerife) también detectó y confirmó este valor histórico “sin referentes desde que el ser humano habita la Tierra”.
Todos los expertos coinciden en afirmar el haber superado el umbral de 415 ppm coloca al mundo en territorio inexplorado, ya que desde que habitamos la Tierra no se había dado un registro similar. Tendríamos que retroceder 3 millones de años para obtener una concentración similar de CO2 en la atmósfera, momento en el que los seres humanos no existían.
– Que los causantes del cambio climático paguen impuestos por las emisiones
El Secretario General de la ONU se encuentra de visita en Nueva Zelanda. Desde allí, ha pedido que los causantes del cambio climático paguen impuestos por las emisiones, y no lo ciudadanos.
“Hay que redirigir los impuestos de los salarios al carbono. Hay que gravar la contaminación, no a las personas”, dijo Antonio Guterres, que también propuso que se ponga fin al subsidio de los combustibles fósiles y a la construcción de nuevas plantas de carbono para 2020.
Semanas atrás el Fondo Monetario Internacional (FMI) sorprendió con un paper de trabajo en el que afirma que el mundo sería mucho más próspero si se eliminaran los cuatiosos subsidios a los combustibles fósiles, que en 2017 fueron de 5.2 billones de dólares. De acuerdo al organismo internacional, de haberse establecido un costo a las emisiones de carbono en 2015, éstas se hubieran retraido un 28% y las muertes por enfermedades asociadas a la contaminación, en un 50%.
“El dinero de los contribuyentes no debería usarse para aumentar los huracanes, extender las sequías y las olas de calor, blanquear los corales o derretir glaciares”, cree el número uno de la ONU.
“Tenemos que alcanzar al cambio climático, tenemos que ser capaces de frenar esta tendencia dramática, de revertir esta tendencia dramática. No podemos permitirnos un cambio climático desbocado. Tenemos que proteger las vidas de todas las personas y tenemos que proteger nuestro planeta”, agrega.
– ¿Alcanza la respuesta empresaria?
Sabemos por ejemplo, que más de 450 empresas privadas han asumido casi 800 compromisos antideforestación durante los últimos años, pues el sector privado empieza a ser muy consciente de que existe un fuerte argumento económico para salvar el planeta. ¿Es suficiente?
Para el director global del Programa Green Commodities del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Andrew Bovarnick, a pesar de las buenas intenciones, los retos de implementación persisten. Los resultados son mínimos. Casi 4 millones de hectáreas de bosques han desaparecido solo el año pasado. “La realidad es que el cambio nunca podrá realizarse por separado. Cuando el sistema de producción del sector primario está tan interconectado es tremendamente difícil que los compromisos antideforestación individuales, realizados en silos, puedan tener el impacto necesario o lograr la transformación sistémica que las circunstancias exigen”, afirma Bovarnick.
En el informe de la OCDE ‘Biodiversity: Finance and the Economic and Business Case for Action’, publicado con motivo de la reunión de los ministros de Medio Ambiente del G-7 la semana pasada, se recomienda que se integre la biodiversidad en los negocios y en las decisiones de inversión.
Por su parte, el activista de los bosques y el clima de Greenpeace Alemania, Christoph Thies, cree que “los gobiernos deben comenzar a poner a las personas y al planeta por delante de los intereses corporativos y la codicia y actuar con la urgencia que exige este informe. Los líderes deben adoptar objetivos sólidos y planes de implementación para proteger la biodiversidad con la participación y el consentimiento de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales en la cumbre mundial de la naturaleza en China el próximo año (COP15). La especulación ha llevado a la naturaleza al borde, poniendo nuestra propia supervivencia en peligro debido a la sobre explotación del mundo natural y al empeoramiento del cambio climático”.
Fuente: https://www.comunicarseweb.com