El Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (Cejis) denunció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con sede en Washington, que producto de los incendios provocados en la Chiquitanía y la Amazonía, por políticas de expansión de la frontera agrícola, al menos, siete pueblos indígenas fueron afectadas, según nota publicada en el diario Los Tiempos.
“Los pueblos indígenas más afectados por los incendios en Bolivia son los Chiquitanos, Ayoreos, Guarayos, Cayubaba, Baures, Sirionó y Araona (…). Algunos pueblos se encuentran en una condición de mayor vulnerabilidad frente a los incendios debido a sus reducidas poblaciones o situación de aislamiento voluntario, como es el caso de los Ayoreos del Ñembi Guasu, una de las áreas más afectadas por el fuego”, señala el informe entregado a la CIDH.
En el marco del 173 periodo de sesiones, desarrollado entre el 23 de septiembre al 2 de octubre, la abogada Fátima Monasterio del CEJIS/Unitas, denunció la situación incendios ambientales y el estado de situación de la población indígena.
“Coincidente con los espacios de vida indígena, hay áreas protegidas nacionales que presentan altos índices de afectación. Según los datos de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) al 15 de septiembre, San MatiÌas presentaba una superficie quemada de 568.609 hectáreas, y Otuquis una superficie de 294.345 ha afectadas. A nivel subnacional el área protegida Ñembi Guasu mostraba 381.567 hectáreas de afectación”, indicó el miércoles.
Detalló que al menos 38.204 indígenas resultaron afectados como efecto de los incendios forestales, así como 285 comunidades de los departamentos de Santa Cruz y Beni.
Precisamente, el presidente Evo Morales, promulgó el decreto supremo 3973 el 9 de julio, un mes antes que se descontrolarán los incendios forestales en la Chiquitanía.
Con la norma se dio luz verde para que, en los departamentos de Santa Cruz y Beni, se autorice el desmonte y quema “controlada” de bosques, para las actividades agropecuarias en tierras privadas y comunitarias de vocación forestal permanente.
El Cejis indicó que resulta ilustrativo el informe de la Autoridad de Bosques y Tierras, que señala que la planificacioÌn nacional al 2020 impulsa la modificacioÌn del cambio de la cobertura boscosa para campos de cultivo y ganadería, por lo tanto la habilitacioÌn de tierras con desalojo de la cobertura arboÌrea.
“De esa forma, la principal entidad nacional de bosques destaca que la tendencia de incremento de la deforestacioÌn legal se ha debido a la implementacioÌn de poliÌticas puÌblicas establecidas en el Plan de Desarrollo EconoÌmico Social (PDES) 2016-2020 y la Agenda PatrioÌtica (2025) con relacioÌn al incremento progresivo de 3.5 millones de hectaÌreas a 4.7 millones de hectaÌreas productivas que garanticen la seguridad y soberaniÌa alimentaria en el paiÌs”, señaló la jurista.
Según los datos oficiales, el acumulado histórico de deforestación en Bolivia hasta el año 2000 era de 3,6 millones de hectáreas. Sin embargo, entre los años 2000 y 2017 la superficie deforestada a nivel nacional se ha duplicado superando los 7 millones de hectáreas; es decir, a un ritmo de deforestación del 52% más que en toda la historia del país.
“La deforestación en Bolivia ha aumentado bajo la figura de la legalización, principalmente a partir del año 2015 que coincide con la puesta en vigencia de la Ley 741 de Autorización de Desmontes hasta 20 hectáreas“, señala el informe entregado.
El año 2017 el Gobierno dio a conocer la “necesidad” de incrementar la superficie desmontada/habilitada de manera legal para alcanzar un ritmo anual de 200.000 hectáreas y de esa forma dar cumplimiento a lo establecido en el PDES.
Los incendios hasta la fecha, según datos satelitales de la FAN superó las 5 millones de hectáreas afectadas a nivel nacional, de las cuales el 75% se encuentra en Santa Cruz.
Fuente: Los Tiempos https://bit.ly/2oIM5Vc