Coca-Cola Bolivia trabaja junto a sus aliados locales para preservar el agua y mejorar el acceso a ese recurso vital en varias comunidades
El Día Mundial del Agua invita a hacer un balance y el del último año es especialmente complejo: el problema de acceso al agua tomó una dimensión especial durante la pandemia. En ese marco y fiel al compromiso que asumió hace más de una década, la Compañía Coca-Cola potenciará su alcance en 200 países para brindar soluciones sanitarias de impacto inmediato, y continuará con sus proyectos de largo plazo que ya alcanzaron a más de 10,6 millones de personas en el mundo. En Bolivia, proyectos como el llevado adelante junto a Fundación Natura marcan el rumbo de un trabajo conjunto entre privados, instituciones de gobierno y ONGs.
El 29% de la población mundial (2.200 millones de personas) carece de seguridad en la gestión de los servicios de agua potable, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una realidad que expone la necesidad urgente de acciones concretas y conjuntas.
Es en este marco que, en el Día Internacional del Agua, la Compañía Coca-Cola reafirma su compromiso con el cuidado del agua, que implica utilizar el tamaño y escala de su negocio en alianzas estratégicas con más de 100 socios a lo largo de todo el mundo, para hacer la diferencia donde más se necesita.
En Bolivia, estas alianzas posibilitaron programas que alcanzaron a más de 700 familias y ayudaron a proteger más de 31.000 hectáreas de bosque nativo.
Por un lado, Coca-Cola Bolivia participó durante tres años (2017 -2019) del proyecto “Cosecha Azul” junto a las ONGs Catholic Relief Services (CRS) y la Fundación AGRECOL Andes, una iniciativa que estuvo enfocado en la protección de zonas de recarga hídrica (fuentes de agua) de Cochabamba, a través de acciones para la restauración en cuencas y la gestión integral de recursos hídricos. En ese tiempo se logró aumentar la cantidad y calidad de agua de la población y se optimizó la producción agropecuaria en las localidades rurales.
El proyecto Cosecha Azul inició en el municipio cochabambino de Vinto, en las subcuencas Collpa y Keraya -que son parte de la cuenca Viloma-, cuyo río es uno de los principales afluentes del río Rocha, que a su vez desemboca en el río Caine y éste en el Río Grande. Durante el período de trabajo, se repusieron 120 millones de litros de agua mediante la protección de 300 hectáreas de suelo, en las que 100 productores desarrollaron buenas prácticas agroecológicas y agroforestales.
En la actualidad, Coca-Cola Bolivia participa del proyecto Reposición de la huella Hídrica en seis municipios de Santa Cruz, desde 2017, y cuatro de La Paz, desde 2019, junto a Fundación Natura, uno de sus grandes aliados locales. El proyecto en Santa Cruz se centra en la protección del Río Piraí y el Río Grande, que son los más importantes de Bolivia en cuanto a consumo humano: los acuíferos de esas zonas suministran agua potable a cerca de tres millones de habitantes en Santa Cruz de la Sierra y agua de riego para la producción agrícola en todo el departamento. En cinco años de trabajo, bajo el sistema de Acuerdos Recíprocos por Agua, se ha logrado conservar 28.000 hectáreas de bosque, lo que permitió la infiltración subterránea de 1.978.000 litros de agua. Además, 481 familias se vieron directamente beneficiadas.
Mientras que, en los cuatro municipios del trópico paceño, a casi un año de arrancar con la iniciativa, se ha logrado conservar 2.650 hectáreas de bosque y se han desarrollado proyectos de mejora en el acceso al agua de varias comunidades, con un impacto positivo en más de 200 familias.
Además, Coca-Cola Bolivia ha liderado la puesta en marcha de los Acuerdos Recíprocos por Agua (ARA), un modelo de gobernanza local del agua que se basa en dos pilares: por una parte, proteger los bosques de cuenca alta para ayudar a mantener la provisión hídrica en cantidad y calidad; y, por la otra, concientizar a los usuarios de cuenca baja sobre la importancia de contribuir a la conservación de los terrenos asociados a las fuentes acuíferas. Este modelo ha sido exportado a otros países y recientemente premiado entre los tres mejores del mundo por su compromiso con el cuidado del agua.
Adicionalmente, la Compañía, a través de uno de sus embotelladores, Embol, donó productos a 300 instituciones, entre ellas, los Bancos de Alimentos a cargo de las Gobernaciones Departamentales, desde donde se distribuyó a provincias.
Cuidado del agua, un compromiso a nivel global
Hace más de una década la Compañía Coca-Cola desarrolló una política marco de manejo de agua basado en cuatro pilares: Proteger cuencas, Reabastecer el agua que utiliza en sus bebidas, Reducir el consumo de agua en sus plantas y Reciclar el agua de sus procesos productivos.
Gracias a ese trabajo, desde 2015 –cinco años antes de lo previsto– la Compañía alcanzó la meta global de regresar a las comunidades y la naturaleza el 100% del agua utilizada en sus bebidas, porcentaje que desde 2019 supera el 160 por ciento.
Este año, la Compañía está lista para dar un paso más en su compromiso con el cuidado del agua a través de su estrategia global de agua 2030 con una visión: lograr la seguridad hídrica para las comunidades en las que opera y para los productores agropecuarios que están al inicio de su cadena de valor. Esta es una visión compartida con sus socios embotelladores e implica una asociación en todo su sistema y junto a los gobiernos, las ONG, el sector privado y la sociedad civil.