Busca transformar la gestión de residuos con un modelo inclusivo y circular. Henrique Braun, Presidente de Coca-Cola para América Latina, participó del encuentro y celebró el espíritu colaborativo de Latitud R: “Este es un legado que vamos a dejar todos nosotros, trabajando juntos”, dijo.
“Somos la región que menos recicla del mundo: menos del 5% de las más de 230 millones de toneladas de residuos municipales que generamos cada año en América Latina. En contraste, Europa recicla el 47%. Tenemos que cambiar”, advirtió tajante Mauricio Claver-Carone, Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, en la reflexión que dio inicio formal al evento de lanzamiento de Latitud R, una nueva plataforma regional para la coordinación de acciones, inversiones y conocimiento en el campo del reciclaje inclusivo, de la que participan importantes organismo y empresas, entre ellas Coca-Cola.
La iniciativa se lanzó formalmente en el Día del Reciclaje, con un webinar en el que tomaron la palabra líderes de todos los organismos y empresas involucradas, entre ellas la Compañía Coca-Cola.
Como parte del panel moderado por la periodista Glenda Umaña, Braun destacó el rol de la comunicación para potenciar estos cambios. “A través de sus marcas y envases, nuestra Compañía tiene una posibilidad muy fuerte de llevar a los consumidores los temas que consideremos importantes dentro de este proceso. Hoy nuestros envases en la región usan un 21% de material reciclado, y queremos llegar al 50% para 2025. Eso sienta un mensaje claro respecto a nuestro compromiso con la economía circular”, ejemplificó.
En el encuentro, celebrado en el marco del Día Mundial del Reciclaje y en formato de conversatorio virtual, líderes de todos los colectivos involucrados analizaron la realidad, compartieron puntos de vista, y ratificaron su compromiso para ayudar a que América Latina se encamine hacia un esquema de economía circular. “Si queremos cumplir con nuestras metas climáticas necesitamos producir y consumir con mayor inteligencia. Y una plataforma como Latitud R nos puede ayudar a conseguirlo”, destacó Claver-Carone.
Al respecto, Henrique Braun, Presidente de Coca-Cola para América Latina, listó cuatro puntos que considera prioritarios: “Debemos sumar inversiones para tener mayor capacidad de trabajo y políticas públicas que incentiven de verdad a una economía circular. Pero también una estrategia para poner a los ciudadanos en el centro de todo lo que hagamos: el compromiso ciudadano es fundamental, porque ahí es donde la economía circular funciona de manera sostenible. Finalmente, sumar al desarrollo social de las comunidades, algo que también es una de las misiones que tenemos como Compañía”.
“Cuando las marcas hablan de manera honesta y transparente, con la verdad sobre los temas, la reacción siempre es positiva, siempre funciona muy bien, y eso nos puede ayudar mucho a acelerar esa transformación que buscamos”, concluyó Braun.
Hacia allí apuntó también Nohra Padilla, Líder de la Red Latinoamericana de Recicladores, que a su turno indicó a la separación en origen como uno de los grandes temas que, si se solucionan, pueden provocar un efecto dominó en todos los eslabones de la cadena. “Impulsar esas buenas prácticas nos ayudará a nosotros a tener mejores condiciones de vida y de trabajo, incrementando también nuestra productividad y ofreciendo resultados de mayor calidad de materias primas para la industria”, ahondó, y sostuvo: “En la medida que nuestro oficio sea cada vez más útil para la industria y la sociedad, también se irá tornando de mayor relevancia para el desarrollo sostenible y la economía circular”.
Precisamente a eso apunta Latitud R: aprovechando los recursos, la tecnología y las redes tendidas por sus socios en toda la región, el compromiso de reciclaje inclusivo de la plataforma propone generar un doble impacto: ambiental y social.
El ambiental está asociado a una mejor gestión de los residuos a nivel integral, con estrategias de monitoreo y evaluación minuciosos y la creación de la primera Aceleradora de Negocios en Economía Circular de la región, que buscará apoyar emprendimientos de innovación para darle una segunda vida a materiales que hoy todavía no se reciclan. Respecto al impacto social, serán unos 40.000 recolectores de base de toda la región los primeros beneficiarios de esta plataforma. Ellos podrán mejorar sus ingresos, acceder a servicios sociales y de salud, y obtener un mayor reconocimiento por la tarea que realizan.
Adaptarse para seguir siendo relevantes
Sean McKaughan, Presidente de Fundación Avina, postuló a Latitud R como la mejor articuladora posible para llevar adelante un proceso que logre un cambio sistémico, como una economía más circular: “Una plataforma como esta es la que nos va a dar la agilidad para acompañar esos cambios”.
En ese sentido, la dinámica está en el ADN de Latitud R: se trata, en rigor, de una evolución de la Iniciativa Regional para el Reciclaje Inclusivo (IRR), la propuesta que nació hace 10 años también con Avina como unidad ejecutora y con Coca-Cola como una de sus socias fundacionales, en el marco de su compromiso global Un Mundo sin Residuos que busca ayudar a recuperar y reciclar el 100% de los envases que pone en el mercado para 2030. Una tarea que, aclaró Braun, no se puede hacer en solitario, sino a través de colaboraciones precompetitivas como esta plataforma: “Tenemos objetivos ambiciosos y por eso es un privilegio estar aquí hoy. Este es un legado que vamos a dejar todos nosotros, trabajando juntos”.