La pandemia de COVID-19 ha dejado claro el vínculo entre desigualdad, pobreza, alimentos y enfermedades. Millones de personas no gozan del derecho humano a la alimentación. El titular de la ONU convoca una cumbre sobre sistemas alimentarios para resolver el hambre y la emergencia climática.
“En un mundo de abundancia, no tenemos excusa para que miles de millones de personas no tengan acceso a una dieta saludable. Es inaceptable”, dijo este lunes el Secretario General de las Naciones Unidas al conocer los hallazgos del más reciente informe sobre el estado del hambre y la desnutrición en el mundo.
António Guterres convocó una Cumbre Mundial sobre Sistemas Alimentarios en septiembre próximo con el propósito de iniciar un cambio urgente que permita que la humanidad alcance los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que incluyen la eliminación del hambre para 2030.
Datos trágicos
Guterres deploró que, lejos de avanzar hacia esas metas, los nuevos datos, a los que se refirió como “trágicos”, revelen que hasta 811 millones de personas sufrieron hambre en 2020, un aumento de 118 millones con respecto al año anterior.
“Debemos unirnos para hacer un cambio urgente”, subrayó.
Agregó que los altos precios de los alimentos y la creciente pobreza y desigualdad impiden que unos 3000 millones de personas de todos los rincones del mundo tengan la posibilidad de alimentarse con una dieta saludable.
Negación de un derecho humano
Más aún, el líder de la ONU destacó el aumento del hambre en los últimos años. “En pleno 2021 estamos negando un derecho fundamental de todas las personas”, enfatizó.
Explicó que la pandemia de COVID-19 ha agravado la situación, evidenciando claramente el vínculo que hay entre desigualdad, pobreza, alimentos y enfermedades.
En este sentido, destacó que si bien la producción mundial de alimentos se ha incrementado un 300%, de mediados de la década de 1960 a la fecha, la desnutrición es uno de los factores que disminuyen la esperanza de vida.
Transformación de los sistemas alimentarios
En este sentido, destacó que si bien la producción mundial de alimentos se ha incrementado un 300%, de mediados de la década de 1960 a la fecha, la desnutrición es uno de los factores que disminuyen la esperanza de vida.
Frente a esta situación desastrosa, Guterres confió en que la reunión previa a la Cumbre que tendrá lugar en Roma a fines de julio defina la ambición mundial para transformar los sistemas alimentarios, atacando simultáneamente el hambre, la emergencia climática, la desigualdad y los conflictos.
Consideró que el cambio climático es lo mismo un motor que una consecuencia del hambre y recalcó la urgencia de tiempo para implementar los cambios que hacen falta con el fin de limitar el aumento de la temperatura global.
“Nuestra guerra con la naturaleza incluye un sistema alimentario que genera un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero y que causa hasta el 80% de la pérdida de biodiversidad”, acotó.
Además, recordó, el hambre genera conflictos.
Interconexión
Esta retroalimentación de factores que aleja al planeta del logro de un desarrollo sostenible que beneficie a todos sus habitantes sólo puede romperse enfocando los grandes desafíos con una visión integral y conjunta, como lo propone la Agenda 2030.
Guterres afirmó que las mujeres, los pueblos indígenas y los jóvenes son el futuro de los sistemas alimentarios del mundo por sus ideas para emprender transiciones ecológicas, promover el trabajo decente, mejorar el acceso a la tecnología y restablecer la relación entre los seres humanos y el planeta.
“Nuestra relación con la comida es parte fundamental de todos los aspectos de la vida. Las dimensiones social, medioambiental y económica de nuestros sistemas alimentarios son profundas. Dondequiera que estemos, la comida nos une como familias y comunidades”, argumentó el titular de la ONU.
Del mismo modo, la producción de alimentos genera miles de millones de empleos, aseveró.
Inversión inteligente
Guterres aseguró que la transformación de los sistemas alimentarios limitaría el impacto de la pandemia y daría paso a un mundo más seguro, justo y sostenible.
“Nuestro plan para recuperarnos de esta pandemia es la Agenda 2030. Invertir en cambios en nuestros sistemas alimentarios apoyará la transformación de nuestro mundo. Es una de las inversiones más inteligentes y necesarias que podemos hacer”, concluyó el Secretario General.