A medida que las economías se reactivan tras la pandemia del COVID-19, el mundo enfrenta un desafío potencialmente más devastador: el cambio climático. En noviembre de este año, el Reino Unido albergará la cumbre climática COP26 en Glasgow para tomar acciones urgentes en mitigación, adaptación, financiamiento y colaboración, con miras a cumplir el Acuerdo de París. La campaña Race to Zero reúne a actores no estatales, incluyendo las empresas más grandes del mundo, para promover una recuperación saludable, sostenible y de cero emisiones netas.
Tras más de un año bajo la sombra de la pandemia, la economía mundial empieza a dar señales de recuperación. Muchos países, conforme al avance de sus programas de vacunación, han levantado ciertas restricciones sobre la actividad económica y los negocios han retomado su rumbo gradualmente. En su más reciente informe de perspectivas, el Fondo Monetario Internacional anticipa un crecimiento del PIB mundial de 6% en 2021. Si bien aún queda un largo camino por recorrer, es innegable que las empresas en todo el mundo aguardan con ansias la oportunidad de revertir las enormes pérdidas provocadas por el COVID-19.
A pesar de este panorama alentador, se cierne sobre nosotros la nube de un riesgo sistémico de escala similar a una pandemia y con consecuencias potencialmente más devastadoras. Este riesgo es el del cambio climático. Cálculos de la Organización Meteorológica Mundial indican que los últimos cinco años han sido los más cálidos alguna vez registrados. Este fenómeno se ha asociado con una mayor incidencia de eventos climáticos extremos, los cuales han generado pérdidas económicas de alrededor de US$2,56 billones entre 2000 y 2019, según el 2021 Global Climate Index. Asimismo, se estima que hasta 2,2% de las horas de trabajo a nivel mundial (equivalentes a 80 millones de empleos a tiempo completo) se perderán por estrés térmico bajo un escenario de 1,5ºC de calentamiento para 2100.
Estamos en un punto de inflexión para nuestro planeta. Las decisiones que tomemos hoy afectarán directamente nuestra habilidad de preservar el ambiente para generaciones futuras. Consciente de este reto, el Reino Unido albergará en la ciudad de Glasgow este noviembre la vigésimo sexta cumbre climática de Naciones Unidas (COP26), donde se reunirán representantes de 196 naciones con el objetivo de acelerar la acción por el clima y trazar una ruta de recuperación sostenible compatible con el Acuerdo de París. Este histórico tratado fue suscrito en 2015 por la comunidad internacional con la meta de limitar el aumento de la temperatura media del planeta a mucho menos de 2ºC respecto a niveles preindustriales y a hacer todos los esfuerzos por mantener dicho aumento cerca de 1,5ºC para finales de siglo.
En ese sentido, COP26 será una ocasión para que el mundo se una y se comprometa a tomar acciones urgentes en mitigación, asegurando cero emisiones netas para mediados de siglo; adaptación, protegiendo a comunidades y hábitats naturales; financiamiento, movilizando al menos US$100 mil millones anuales para atender el cambio climático; y colaboración, acelerando el trabajo con gobiernos, empresas y sociedad civil. Como evidencia de su liderazgo climático, el Reino Unido ha conseguido alcanzar un crecimiento económico de 78% y a la par reducir sus emisiones en 44% entre 1990 y 2019. Nuestro sector de bajas emisiones de carbono y proveedores de cadena de suministro representa más de 460 mil puestos de trabajo, cifra que nos hemos planteado impulsar a dos millones para 2030. También hemos decido duplicar nuestro financiamiento climático internacional, destinando £11.600 millones a países en desarrollo en los próximos cinco años.
Enfrentar el cambio climático no es una tarea única de los gobiernos. En calidad de Presidente de la COP26, el Reino Unido está uniendo fuerzas con la sociedad civil, empresas y comunidades para acelerar el progreso en adaptación y resiliencia, naturaleza, energía y financiamiento. Las empresas tienen un rol crucial en el camino hacia una economía de cero emisiones netas, la cual presenta grandes oportunidades. Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), cada dólar invertido en la transición energética debería reportar un beneficio de US$3-7 debido a ahorros en salud, clima y subsidios. De igual manera, el costo de las energías renovables ha disminuido drásticamente en la última década, reduciendo el margen con los combustibles fósiles como la opción más rentable.
Muchas empresas ya han dado pasos importantes hacia la descarbonización. En el marco de la campaña mundial Carrera hacia el cero (o Race to Zero), al menos 3.067 empresas y más de 173 grandes inversores han registrado en conjunto con cientos de regiones, universidades y ciudades una serie de iniciativas destinadas a promover una recuperación saludable, resiliente y de cero emisiones netas. Esta campaña cuenta con el liderazgo de Nigel Topping (Reino Unido) y Gonzalo Muñoz (Chile), los paladines de alto nivel de las Naciones Unidas para la acción climática, quienes buscan movilizar a actores no estatales para unirse a la Alianza de Ambición Climática, cuyos miembros representan aproximadamente 25% de las emisiones globales de dióxido de carbono y más del 50% del PIB mundial.
Además de establecer metas de reducción de emisiones en su cadena de suministro, las empresas pueden exigir cambios que reflejen su nivel de ambición a gobiernos nacionales y participar en coaliciones promoviendo mayor acción por el clima. Más de 1.300 empresas en el mundo, entre ellas las más grandes (incluyendo Amazon, Microsoft, Unilever), se han comprometido con objetivos basados en ciencia (science-based targets o SBTs, por sus siglas en inglés).
Bolivia no está ajena a este panorama, y también aquí las empresas deberán tener en cuenta el clima al momento de tomar sus decisiones de inversión, así como ser transparentes acerca de los riesgos derivados del cambio climático.
Para animarles a unirse a la campaña Race to Zero, la Embajada Británica en Bolivia lleva adelante una serie de actividades, que se iniciarán con un webinar donde representantes de empresas podrán conocer en qué consiste la misma y cuáles son los beneficios de sumarse a ella.
Fuente: Embajada Británica en Bolivia