Heiver Andrade Franco .- Mientras los avasallamientos y reservorios de agua en riesgo de desaparecer están en el orden del día, la impavidez de la Policía parece ser un común denominador, la justicia con pies de plomo avanza sin querer avanzar. En el escenario ambiental, un estrés hídrico castiga a buena parte de los municipios y la aguja del termómetro quiere llegar y permanecer en los 40 grados, en especial en la zona oriental de Bolivia.
En ese contexto, se entiende mejor a Antonio Guterres, Secretario general de la ONU cuando inauguraba el 7 de noviembre, la Conferencia de las partes COP27; y manifestaba su preocupación, remarcando que el estado del clima mundial es una crónica del caos climático y puntualizaba, “la humanidad tiene una opción: cooperar o perecer”. Lo hacía en presencia de más de 120 Jefes de Estado y representantes de 200 países reunidos en la localidad de Sharm el-Sheikh, Egipto, país donde se debatió hasta la madrugada de este domingo 20 de Noviembre.
Guterres, es sabedor que a pesar de 27 años de COP, no hay un solo indicador positivo, es conocedor que los últimos 8 años fueron los más cálidos[i] de los que se tiene constancia; que la temperatura media mundial en este 2022 superara los 1,15 grados; que el deshielo y perdida de los glaciares será de aquí en adelante una constante durante cientos de años, significando escasez de agua, mayor contaminación y efectos a la salud.
Lo cierto es que en 27 años de este proceso, la enfermedad avanza a velocidad crucero y la cura por carretera empedrada. Y uno se pregunta, ¿qué cosas más nos tiene que suceder para que nuestro país empiece a darle la importancia que merece este tema?. Hasta hace poco, Santa Cruz, Tarija, Cochabamba, reportan incendios y hoy a pesar de iniciarse la temporada de lluvias, tenemos municipios con escasez de agua, la ciudad de La Paz hasta hace poco suplicaba una pronta lluvia, ¿estamos cambiando en algo, nuestra relación con el planeta?
Cuando escuche a Guterres, recordé la teoría del rinoceronte gris que Michele Wucker lo propuso en su libro “The Gray Rhino”, en el 2.016; ella lo plantea como “situaciones de extremo riesgo ya sea en un país o compañía que aunque resultan predecibles no son enfrentadas por sus responsables”. Y me pregunto por ejemplo, la sequía persistente en el Municipio de Guarayos por la excesiva intervención antrópica, -incendios y tala de árboles-, ¿no hacía suponer que luego tendríamos problemas de agua e incremento de la temperatura?, que los deshielos que empezamos a tener en los nevados del Illimani, el Mururata, no hace suponer que tendremos escasez de agua?. ¿Por qué no enfrentar esta situación de manera responsable?
Por otra parte, Nassim Nicholas Taleb en su libro “El cisne negro” en el 2.007, planteaba su teoría, describiéndolo como un suceso inesperado, difícil de predecir y con un gran impacto social y económico. Lo ocurrido en noviembre del 2016 a febrero del 2.017 con la escasez de agua en la ciudad de La Paz, podría describirse como un suceso inesperado, pero ahora que vuelve a manifestarse, ya no lo es, pasaría a ser algo predecible que no está siendo enfrentada con la debida responsabilidad ¿Qué se hizo desde el 2.017 a la fecha, se hizo lo suficiente?. ¿Rinoceronte Gris o Cisne Negro?
Las reflexiones y conclusiones de la COP27 nos muestran la magnitud del problema, pero por su complejidad necesitamos que empresas y sociedad civil incrementen su compromiso, que las empresas deben subirse a la autopista del carbono neutro, sabiendo de la urgencia de la descarbonización, la reducción de residuos, de emisiones, y de aplicar disruptivamente la economía circular, la verde, la azul y avanzar hacia la industria 4.0[ii].
Un fondo para pérdidas y daños, parece ser uno de los grandes logros de esta COP, es decir, pasar de la discusión de mitigación y adaptación, a enfocarse en abordar “perdidas y daños” por parte de los grandes emisores de gases de efecto invernadero, en beneficio de países vulnerables que sufren las consecuencias negativas; aún queda para el próximo año negociar quién pagará y cómo se entregará esta asistencia financiera. Sin embargo, este logro aparente, está enfocado a remediar los efectos, cuando deberíamos poner el énfasis en las causas que le ocasionan.
Lo cierto es que por el lado de la economía, una desenfrenada inflación originada por la guerra de Rusia y Ucrania nos empieza a afectar, sumado al Covid que no quiere irse; la ciencia, desde el flanco ambiental, nos muestra que estamos ingresando a la “autopista del infierno”, que vendrán cisnes negros y rinocerontes grises; que los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera son demasiado elevados, y que a pesar de saber que en la próxima curva se acaba la autopista, seguimos apretando el acelerador. Nos queda apresurar los procesos de adaptación; aprender a convivir con la escasez de agua, el fuego, la aridez de la tierra, las lluvias torrenciales e inundaciones, granizo y vientos huracanados.
Sta. Cruz, Diciembre de 2.022.
Heiver Andrade Franco, Director Fundación AMIGARSE
[i] Informe del “Estado del clima mundial 2022” emitido por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) el día antes de la inauguración de la COP 27.
[ii] La industria 4.0, es la actual revolución industrial, consiste en la digitalización de los procesos industriales por medio de la interacción de la inteligencia artificial con las máquinas y la optimización de recursos enfocada en la creación de efectivas metodologías comerciales. Esto implica cambios orientados a las infraestructuras inteligentes y a la digitalización de metodologías, este proceso incidirá de manera más concreta el modo de hacer negocios.