Lilian María Arzabe Villanueva.- La RSE es la relación proactiva que asume la empresa de forma voluntaria la empresa con la sociedad, para trabajar en temas de medio ambiente y otros temas sociales importantes para sus trabajadores, clientes y para la comunidad sobre la que influye. A partir de esta relación proactiva y al ingresar la empresa al ámbito de la sostenibilidad, además gestiona desde su cadena de valor agregado los recursos materiales y naturales y se hace responsable por sus impactos negativos reales y potenciales. Consciente de sus impactos negativos reales y potenciales, que pueden convertirse en riesgos no solo para el desarrollo sostenible sino también para el negocio y la perspectiva financiera (flujos financieros, ventas, liquidez, ROI entre otros) transita la empresa a asociar los riesgos corporativos, riesgos financieros y riesgos estratégicos a criterios ambientales, sociales y de gobernanza ASG o ESG por sus siglas en inglés.
El enfoque complementario de estos criterios ESG lo encontramos entonces en esa transición y en la evolución de los componentes de gestión que acompañan estos conceptos en su implementación y en la ambición que se traza la empresa, para escalar la sostenibilidad y maximizar su contribución a metas a partir de una doble materialidad dirigida al accionista y a los inversionistas institucionales; últimos que en el contexto de los fondos de inversión destinan recursos monetarios a proyectos elegibles llevados a instrumentos financieros conocidos como bonos temáticos según ICMA (siglas del inglés International Capital Market Association).
Si como empresa logramos abordar de forma correcta el enfoque de gestión de criterios ESG, tenemos la oportunidad de reforzar la relación con nuestros accionistas minimizando riesgos para la continuidad del negocio y de las operaciones. Pero también tenemos oportunidades para diversificar nuestras fuentes de financiamiento a través de créditos verdes, bonos sociales, verdes y de sostenibilidad conocidos como temáticos, respecto a los cuales los inversionistas institucionales no solo van a evaluar a partir de un proyecto elegible nuestro perfil empresarial de perspectiva financiera, sino también un perfil necesario y asociado a criterios ESG. Las oportunidades para la emisión de bonos temáticos según ICMA para proyectos elegibles, van en Bolivia inclusive de la mano de una regulación en la Ley de Mercado de Valores No. 1834.
La empresa transita a los criterios ESG de forma correcta, cuando desde la alta gerencia se comprenden los tres conceptos (RSE, Sostenibilidad y Criterios ASG) y sus diferencias, para aplicarlos en la medida necesaria y así poder evolucionar a una gestión de riesgos asociados a criterios ESG. No se trata simplemente de cambiar siglas de “RSE a ESG” o de “sostenibilidad a ESG”. La transición a los criterios ESG a partir de una RSE y sostenibilidad correctamente implementada toma mucho tiempo y está en función al fortalecimiento de la gobernanza y del enfoque de gestión con componentes claves para una doble materialidad y debida diligencia.
Perfil
- CEO y Directora de Innovación de ICR Systems & Management SRL, empresa especializada en finanzas, inversión y desarrollo sostenible
- Doctor of Finance and Economics PhD, Eberhard-Karls-Universität Tübingen Alemania
- Master in Sustainable Finance, Business School Lausanne –Suiza
Perfil Lilian María Arzabe Villanueva
- CEO y Directora de Innovación de ICR Systems & Management SRL, empresa especializada en finanzas, inversión y desarrollo sostenible
- Doctor of Finance and Economics PhD, Eberhard-Karls-Universität Tübingen Alemania
- Master in Sustainable Finance, Business School Lausanne –Suiza
- Certified Expert ESG and Impact Investing, Frankfurt School of Finance & Management – Alemania
Fuente: Participación de Lilian Arzabe en ESG SUMMIT 2023 organizado por BRAQ y publicado en la Revista Observatorio ESG