*Rolando Pardo.– El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), como lo hace todos los años, organizó un evento con el objetivo de compartir algunas reflexiones sobre los logros alcanzados, pero también sobre aquellos desafíos pendientes, tanto a nivel global como de los países, a fin de alcanzar el acceso universal a la salud sexual reproductiva y el ejercicio pleno de los derechos sexuales y reproductivos. Este 2023, en este evento hemos intentado esbozar de diferentes maneras, unas más artísticas y lúdicas, y otras más abiertas al diálogo e intercambio, el potencial y las oportunidades que constituye un mundo poblado por 8 mil millones de personas, pero también hemos sido conscientes de los desafíos y desigualdades que aún enfrentan 4 mil millones de mujeres y niñas, la mitad de la población mundial debido, en gran medida, a las normas sociales y discriminatorias de género.
Para el caso de Bolivia resulta imprescindible priorizar los esfuerzos en dicho 50% de la población y, como lo mostraron las diferentes imágenes, representaciones y testimonios, son mujeres indígenas, afro bolivianas, adolescentes y jóvenes, personas con discapacidad, y las diversidades sexuales.
A nivel global avanzar en la igualdad de género es una solución transversal para muchos de los temas centrales de las dinámicas de población. Por una parte, en aquellas sociedades con mayor proporción de adultos mayores, donde la productividad laboral se constituye en un reto, lograr la paridad de género en el trabajo es la forma más efectiva de mejorar la producción y el crecimiento económico. Mientras tanto, en países como Bolivia con una alta proporción de jóvenes en edad de trabajar, el empoderamiento de las mujeres a través de la educación y la planificación familiar, pueden brindar enormes beneficios en términos de capital humano y crecimiento económico inclusivo, lo que denominamos el Bono Demográfico.
En este contexto, es necesario recordar que hace treinta años, en la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo se establecieron importantes acuerdos a nivel mundial, una visión compartida de futuro, reconociendo los derechos de las mujeres y las niñas como fundamentales para el desarrollo global. Un poco más cerca en el tiempo, hace 10 años el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo ratificó estos acuerdos en la Región de América Latina y el Caribe.
A pesar del tiempo transcurrido, la solución es más evidente que nunca: Acelerar el avance hacia la igualdad de género es un pilar fundamental, y junto con ello: priorizar el acceso a la salud sexual reproductiva y el ejercicio de derechos acompañado de una educación de calidad, particularmente la Educación Integral en Sexualidad, empleos de calidad, así como entornos seguros y equitativos en el trabajo y en el hogar.
Por lo tanto, este mensaje sobre la igualdad de género es tan poderoso hoy como lo fue hace 30 años; y por este motivo, “hoy“ nuestra determinación debe manifestarse con acciones efectivas y relevantes, y este es precisamente nuestro actual compromiso desde el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Con todos estos elementos e intentando vincular las importantes contribuciones, miradas y reflexiones vertidas en este evento, me permito destacar cuatro mensajes clave que resultan fundamentales.
- Avanzar en la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas
Fundamentalmente para poder decidir cuándo y cómo formar sus familias. Reconociendo su poder creativo, liderazgo, capacidad de generar consensos, promover la paz y el diálogo, en un contexto cada vez más complejo por problemas globales como la pandemia, el cambio climático, las migraciones y los conflictos.
- Reconocer y visibilizar las desigualdades de género que persisten en la sociedad como elementos perjudiciales para el ejercicio de derechos de las mujeres y las niñas, reiterando lo señalado anteriormente:
Aún persisten desigualdades y limitaciones para la toma de decisiones sobre la salud y la vida reproductiva lo cual se expresa claramente en la diferencia entre la fecundidad deseada y observada.
Las muertes maternas prevenibles.
Los embarazos no intencionales en adolescentes.
El acceso a la Educación Integral en Sexualidad, tanto dentro como fuera de la escuela.
La violencia basada en género en todas sus formas, incluyendo las uniones tempranas y el matrimonio infantil forzado.
Sobre estas desigualdades que aún persisten, resulta imprescindible la generación de datos desagregados de calidad y evidencia suficiente, tanto para monitorear los progresos alcanzados, como para impulsar acciones prioritarias donde más sean requeridas.
- “Elevar la voz de las mujeres”. Lo que desean y esperan, debe orientar las políticas públicas.
Necesidad de impulsar marcos normativos que garanticen y fortalezcan las capacidades de mujeres para tomar decisiones, así como el ejercicio pleno de sus derechos sexuales y reproductivos.
Garantizar el acceso a anticonceptivos modernos.
- Incrementar las Inversiones orientadas a la igualdad de género
Inversiones estratégicas en salud, educación, para el ejercicio de derechos y particularmente la “autonomía del cuerpo “resultan fundamentales. Adicionalmente, el empoderamiento de las mujeres y las niñas, sumado a empleos de calidad, tendrán mucho que ver en el aprovechamiento del Bono Demográfico.
En esta misma línea, es que el nuevo Programa de País del UNFPA en Bolivia para el período 2023-2027, tendrá su foco de atención en las mujeres indígenas, adolescentes y jóvenes principalmente de áreas rurales y periurbanas.
En este nuevo ciclo de programa que responde a prioridades del Gobierno de Bolivia, desarrollaremos nuestros máximos esfuerzos para poner fin a las muertes maternas prevenibles incluyendo el embarazo no intencional en adolescentes, poner fin a las necesidades insatisfechas de planificación familiar y anticoncepción, y poner fin a la violencia basada en género, en todas sus formas, entre ellas las uniones tempranas y el matrimonio infantil forzado.
El desafío es sin duda muy grande y esperamos contribuir efectivamente a los esfuerzos nacionales del Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES), para lo cual queremos destacar y valorar ampliamente esta alianza estratégica constituida para la implementación del Programa de País del UNFPA en Bolivia, liderada por el Gobierno de Bolivia y sus instituciones, organizaciones de la sociedad civil, academia, organizaciones sociales, y donantes, a quienes consideramos verdaderos socios para conseguir los resultados esperados en estos próximos cinco años.
Tengamos presente que más allá de las cifras, no olvidemos a cada mujer y cada niña, ni en el ejercicio de sus derechos.
*Rolando Pardo, Oficial a Cargo y Representante Auxiliar del Fondo de Población de Naciones Unidas.