En este Día de la Mujer Boliviana, ponemos énfasis en el empoderamiento económico de las mujeres como uno de los pilares para el ejercicio pleno de sus derechos y como un factor ineludible para alcanzar las metas de desarrollo sostenible.
En América Latina, el 82% de las mujeres no accede a servicios de crédito financiero (Banco Mundial, 2017). En Bolivia el acceso de las emprendedoras alcanza al 5.4% (Instituto de la Mujer y Empresa, 2021). Estos datos evidencian la falta de incorporación plena de las mujeres en el sistema financiero. Como resultado, las mujeres tienen menos posibilidades para encarar la pobreza, acceder a recursos de consumo, contar con inversión para mejorar sus empresas o emprendimientos.
El 70.4% de mujeres bolivianas percibe ingresos menores al promedio nacional en relación con el 55.3% de los hombres o, en el peor de los casos, no perciben un ingreso fijo (INE, 2019). La falta de garantías para el pleno empleo, precarizan el trabajo femenino y obliga a las mujeres (67%) a generar ingresos en el mercado informal (INE, 2019). El 46% de los pequeños emprendimientos son liderados por mujeres, es decir, 5 de cada 10 emprendimientos, el dato incluye el sector informal.
Si bien las mujeres se encuentran cada vez más integradas en el ecosistema económico, las limitaciones que enfrentan debido a los estereotipos de género, a la sobrecarga de trabajo, a la violencia en el ámbito público y privado y el menor acceso a productos financieros, obstaculizan su movilidad social y frenan el desarrollo de sus potencialidades.
Limitar el desarrollo de las potencialidades de las mujeres es limitar el desarrollo de los pueblos. Las mujeres son la mitad de la población y por su rol de género están a cargo de la otra mitad.