En el panel de Recursos Evaporíticos del Foro Transición Energética Bolivia 2050, el banco de desarrollo planteó promover acuerdos y cooperación regionales para fortalecer la posición de los países que forman parte del “triángulo del litio” de América Latina, que les permita aprovechar la ventana de oportunidad que abre la proyección de alta demanda global de este mineral.
Desarrollar capacidades productivas y tecnológicas, cadenas de valor complementarias, sumar destrezas investigativas y de conocimiento, repensar el modelo de gestión, ajustar reglas y regulaciones para atraer inversión y lograr financiamiento, promover la sostenibilidad ambiental y social, y realizar alianzas estratégicas son algunos de los desafíos que CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe identificó para que Bolivia avance en su objetivo de extracción, industrialización y comercialización del litio.
Estos retos fueron enumerados por la representante de la entidad financiera internacional en Bolivia, Jeannette Sánchez, en el “Foro Transición Energética Bolivia 2050”, realizado en la ciudad de Santa Cruz, durante el panel Recursos Evaporíticos y Litio, del cual además participaron Martín Walter del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mario Castillo de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL) y Federico Nacif, asesor del Ministerio de Energía e Hidrocarburos del Estado Plurinacional.
El litio se ha convertido en uno de los minerales críticos a nivel global que permitirán abandonar los combustibles fósiles y reducir la emisión de dióxido de carbono, que está contaminando el planeta, y que dará paso a la migración -a través de la transición energética- a una generación eléctrica limpia, barata y sustentable, con baterías eléctricas y la electro-movilidad, entre otros.
La ejecutiva de CAF explicó que por esta razón y por la necesidad energética que tendrán las tecnologías del futuro, la demanda de este recurso es cada vez mayor. Se proyecta que hasta el 2050 se multiplique en al menos once veces más, situación que le da una gran oportunidad a Bolivia, que forma parte de los países que conforman el “triángulo del litio” de América Latina, junto a Chile y Argentina, y que juntas tienen el 68% de las reservas mundiales del litio.
Bolivia empezó y continúa con la extracción del mineral con proyectos pilotos. Recientemente inauguró una planta de carbono de litio y apunta a darle valor agregado con la industrialización del mineral, para lo cual todavía está a tiempo, sostuvo Sánchez; sin embargo -indicó- que para avanzar en este objetivo y llegar a tener una producción comercial, desde la óptica de CAF y de otras instituciones de desarrollo que también participaron del Foro, debe asumir diferentes desafíos en sus políticas públicas.
En este contexto, la representante del Banco de Desarrollo en Bolivia, en su intervención en el Panel de Recursos Evaporíticos y Litio, dijo que el país tiene el desafío de desarrollar capacidades productivas y tecnológicas que le permitan avanzar en el proceso de industrialización, hasta la parte de la cadena de valor que le sea posible. Esta posibilidad está relacionada a otro desafío, vinculado con su capacidad de complementar acciones con otros países de la región que también producen litio, en términos de destrezas investigativas, de conocimiento, de desarrollo comercial y productivo.
Mencionó como otro desafío importante para el Estado Plurinacional, el lograr financiamiento para sus proyectos, encontrándose con un entorno normativo que no ha sido propicio para la inversión extranjera, por lo que se suma otro reto, que es ajustar sus reglas y regulaciones para además de recursos económicos atraer transferencia tecnológica y conocimiento sin perder soberanía, rentas e impuestos progresivos en el sector.
Asimismo, otro reto que tiene Bolivia es promover en todos sus proyectos productivos de litio la sostenibilidad ambiental y social, lo cual pasa por propiciar la participación de la población, por un adecuado régimen impositivo y distributivo, y por minimizar la afectación a los ecosistemas, y a las actividades turísticas y agrícolas, que requieren preservar los paisajes y el agua.
Sánchez resaltó como positiva la elección de Bolivia, de pensar en toda la cadena de valor del litio. En ese sentido dijo que ahora es importante operativizar y gestionar adecuadamente, empezando por lo primero, que es la explotación y el proceso de comercialización del mineral, para lo cual requiere contar con alianzas con empresas especializadas que acrediten buenas prácticas. Y para avanzar en la cadena de valor aguas abajo necesita actualizar el modelo de gestión y su plan de industrialización, conforme la experiencia propia y las mejores prácticas de la vivencia internacional y regional.
Por otra parte, el país enfrenta un reto fundamental de desarrollar capacidades productivas y tecnológicas, para contar con profesionales y centros de investigación científica y tecnológica necesarios, por lo que es muy importante la articulación con universidades nacionales y regionales, señaló la representante de CAF en Bolivia.
Para finalizar en su participación, Sánchez recomendó que antes de verse como competidores, los países del “triángulo del litio” deberían juntarse y cooperar en términos tributarios y técnicos, y complementar sus capacidades para mostrar la fortaleza de la región al momento de la negociación, ante grandes compradores, cuyo peso es importante a nivel mundial.