Del 21 de octubre al 1 de noviembre, Cali se convertirá en el epicentro mundial de la biodiversidad con la celebración de la COP16 de Biodiversidad, un evento que congregará a más de 190 países para repensar el modelo de crecimiento económico actual en favor de uno que promueva la protección y el uso sostenible de la biodiversidad. En este foro, América Latina y el Caribe debe reivindicar su liderazgo global para revertir la pérdida de biodiversidad.
En un momento en que el planeta debe hacer frente a los desafíos ambientales globales más graves de su historia provocados el modelo económico existente, la COP16 de Biodiversidad será el escenario idóneo para que América Latina y el Caribe reafirme su papel como región de soluciones y alce su voz para incidir en el debate mundial sobre el problema de pérdida acelerada de biodiversidad, con una visión que tome en cuenta a las personas y a las comunidades cuya supervivencia está íntimamente ligada a ecosistemas únicos y amenazados. Las medidas para preservar la biodiversidad de la región tienen el potencial de convertirse en un ejemplo global y de avanzar hacia una convivencia armoniosa y respetuosa con la naturaleza.
Todos los países de la región han ratificado el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB), un acuerdo de 1993 que persigue la conservación de la biodiversidad, el uso sostenible de sus componentes y la justicia en la utilización de los recursos genéticos, pero pocos han presentado planes de acción para avanzar en la protección de diversidad biológica al 2030. Estos planes son uno de los grandes hitos históricos logrados en la COP15 de Kunming-Montreal, en 2022, donde se establecieron 23 metas clave para detener y revertir la pérdida de biodiversidad a 2030 y cuatro objetivos para alcanzar una biodiversidad positiva en 2050, es decir, una biodiversidad que asegure un planeta sano y brinde beneficios esenciales a las personas. En Cali se revisarán los avances de los planes de acción y se abordarán también dos aspectos de capital importancia para la región más megadiversa del planeta: el establecimiento de un marco equitativo y justo de acceso a los beneficios de los recursos genéticos y la creación de un nuevo marco de seguimiento de la movilización comprometida de 200.000 millones de dólares a 2030.
La COP16 también está llamada a agrupar iniciativas que permitan conservar y utilizar de forma sostenible la biodiversidad a través de instrumentos financieros innovadores como el canje de deuda por naturaleza, la emisión de bonos verdes y los certificados de biodiversidad. Igualmente, se espera una participación muy activa del sector privado y de la filantropía, que cada vez dedican mayor atención a los ecosistemas y a los riesgos derivados de la pérdida de biodiversidad. Un tema al que se prestará especial atención es el papel clave que desempeñan las comunidades locales y los pueblos indígenas, promoviendo fórmulas para incluir los saberes ancestrales en las agendas climáticas, de sostenibilidad y biodiversidad. En todos estos puntos, la voz de América Latina y el Caribe será clave.
El papel protagónico de la región viene dado, especialmente, por su rica biodiversidad: alberga el 60% de la biodiversidad global, y seis de sus países (Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela) están catalogados como megadiversos. Estas cifras también convierten a la biodiversidad en un factor de integración regional, siendo la conectividad de los ecosistemas un factor clave para su conservación, y en una herramienta clave para el posicionamiento de América Latina y el Caribe en las discusiones globales sobre sostenibilidad.
Los ecosistemas estratégicos de América Latina y el Caribe son esenciales para mantener el equilibrio ambiental del planeta. Abarcan todo el territorio, están interconectados entre sí y con otros ecosistemas hemisféricos, y proporcionan servicios clave para garantizar los medios de vida de las poblaciones locales. Entre ellos destacan los páramos, la Patagonia, el Caribe, los bosques de Tumbes en el Chocó y Magdalena, la Mata Atlántica, el corredor biológico mesoamericano, los manglares, la Amazonía, la Corriente de Humboldt, el Gran Chaco y Pantanal, entre otros. Por ello, la COP16 va a suponer un momento histórico que permitirá ubicar nuevas narrativas en el debate global sobre la Biodiversidad.
CAF en la COP16
Con el Pabellón de América Latina y el Caribe, CAF llevará a la COP16 la voz de la región para resaltar su papel protagónico en la preservación de la biodiversidad global. CAF pretende generar debates entorno al valor de los ecosistemas estratégicos, a la importancia de trabajar en la economía azul y al papel de la ciencia y de los jóvenes, a la necesidad de implementar sistemas de financiación innovadores, o a las comunidades y territorios en la primera línea de la preservación de la biodiversidad.
CAF abordará la pérdida de biodiversidad y la utilización de los recursos financieros con una nueva mirada que coloca en el centro del proceso de toma de decisiones a las comunidades que mantienen relaciones directas con el entorno natural y que son las mejores posicionadas para diseñar acciones que conduzcan a la regeneración de los ecosistemas de forma coherente con el contexto social y ambiental.
Fuente: #CAF