El año 2024 ha sido particularmente desafiante para las empresas debido a un contexto nacional e internacional adverso.
Justamente, la Sostenibilidad consiste en eso: la capacidad para resistir, reinventarse y transformarse para continuar en el mercado a través de gestiones y decisiones internas de productos y servicios que sumen valor a los clientes y a los inversionistas.
Podríamos decir entonces que los hitos de Sostenibilidad más importantes de 2024 fueron:
- Adopción y entendimiento pleno del concepto de Sostenibilidad como una verdadera oportunidad de negocios.
- Articulación entre sectores públicos, privados y académicos. La tan esperada triple alianza ha encontrado cabida en Bolivia en eventos gestionados por organismos multilaterales, Pacto Global y otros.
- A pesar de que no ha habido actualizaciones, ni a la norma sobre bonos verdes, sostenibles y sociales, ni a la de RSE de 2013, la ASFI y el Viceministerio de Energías han sido bastante activos y propositivos para encontrar caminos de diálogo público-privado.
- La emisión en la bolsa de valores del segundo bono temático, esta vez uno social con enfoque de género promovido por el Banco de Microfinanzas más grande del país, allanó el camino para que otras empresas analicen también su factibilidad bajo esta oportunidad de capital fresco de operaciones.
- La apertura de Bolivia a los mercados de carbono que algunos expertos sostienen que es una oportunidad para que las poblaciones indígenas consigan beneficios, mientras que grupos ambientalistas aseguran que no son una garantía para preservar el medioambiente, es un tema que será ampliamente debatido.
Considerando estos avances nos hemos permitido nuevamente este año consultar a líderes empresariales del sector industrial, minero, automovilístico, de construcción y bebidas, ¿cómo ven a la Sostenibilidad en 2025?
Perspectivas Prometedoras
Para Rodrigo Magariños Terrazas, Gerente de RSE del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), “las perspectivas de sostenibilidad en Bolivia para 2025 son prometedoras, aunque están marcadas por desafíos significativos. El país no se encuentra en una de las mejores situaciones económicas a finales de este 2024, pero cree firmemente que toda crisis puede convertirse en oportunidad, y este compromiso debe estar relacionado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la adaptación a normativas internacionales, como las regulaciones europeas de comercio libre de deforestación, que se convierten en factores clave para la competitividad y el desarrollo responsable en una próxima gestión”
Desde su visión, “uno de los principales motores de cambio será la creciente integración de prácticas sostenibles en las cadenas de valor de los sectores productivos. Esto incluye desde el fortalecimiento de las buenas condiciones laborales y la erradicación del trabajo infantil, hasta la promoción del consumo responsable y la trazabilidad en los procesos productivos. Sin embargo, para que estas iniciativas prosperen, será crucial un esfuerzo conjunto entre el sector público, privado y la sociedad civil. En especial este último sector debe reconocer los esfuerzos que se realizan para promover productos y servicios económicamente viables, ambientalmente sostenibles y socialmente responsables. Por otro lado, desde el sector público se deben promover mayores incentivos que permitan que el sector privado siga desarrollando acciones de responsabilidad social y sostenibilidad, multiplicando así los resultados.
Oportunidades clave según el IBCE:
- Acceso a mercados internacionales: La adopción de estándares de sostenibilidad, como los reportes alineados con el GRI o las certificaciones como el Triple Sello, posicionarán a las empresas bolivianas para competir en mercados internacionales, especialmente en Europa, donde la demanda de productos sostenibles y libres de deforestación es creciente.
- Tecnología y capacitación: La digitalización de procesos y la incorporación de tecnologías limpias permitirán a las empresas optimizar recursos, reducir su huella ambiental y mejorar su competitividad. Además, la capacitación en sostenibilidad para empresarios, trabajadores y comunidades se convertirá en un catalizador para la adopción de prácticas responsables.
- Alianzas estratégicas: El fortalecimiento de alianzas multisectoriales impulsará proyectos de impacto, como los orientados a la erradicación del trabajo infantil, la conservación del medio ambiente y la internacionalización de Mipymes.
Principales riesgos:
- Falta de políticas públicas e incentivos: La ausencia de una legislación clara y aplicable en temas de sostenibilidad podría ralentizar el progreso y desincentivar la adopción de buenas prácticas.
- Resistencia al cambio: Algunos sectores productivos pueden enfrentar desafíos para modificar prácticas tradicionales debido a barreras culturales, económicas o de conocimiento.
- Impactos del cambio climático: Los efectos adversos del cambio climático, como sequías o inundaciones, representan una amenaza directa para sectores clave como el agrícola y el forestal, limitando el avance hacia la sostenibilidad”.
En 2025 incertidumbre podría afectar al impulso en temas de sostenibilidad
Por su parte, Erick Frederiksen, Superintendente Corporativo de Sustentabilidad Grupo Minero Sinchi Wayra ve que, “en 2025 acorde a los análisis de riesgos sectoriales, regionales y el contexto nacional, habrá un ligero estancamiento respecto al buen impulso que se tenía en la implementación e inversión en temática de sostenibilidad, por la coyuntura político, social y económica.
Sin embargo, las oportunidades respecto a nuevos posibles negocios a partir del aprovechamiento de recursos y residuos que no estaban contemplados anteriormente, la apertura para el financiamiento a partir de bonos verdes y sustentables son una gran opción para todo tipo de empresas, y en medida de las posibilidades, el cambio de la matriz energética a renovables y limpias.
Los riesgos vienen de mano de la economía que genera incertidumbre en las inversiones, incluidas las de la sostenibilidad; por lo que hay que tomar recaudos para mantener la cultura y los controles de cuidado ambiental, y seguir generando valor a los grupos de interés (especialmente inversores), al mismo tiempo que se cumpla con la normativa y los acuerdos con las comunidades, empleados, clientes y otros Stakeholders”.
El 2025 será un año de desafíos y oportunidades
Para Carlos Soruco, Co Fundador de Quantum Automotors, el panorama de sostenibilidad en Bolivia para 2025 presenta tanto desafíos como oportunidades importantes. “Las restricciones en el acceso a combustibles como la gasolina y el diésel han resaltado la necesidad de avanzar hacia fuentes de energía más limpias. Esto crea un espacio favorable para que los vehículos eléctricos se consoliden, no solo en Quantum, sino en la industria automotriz boliviana en general.
Sin embargo, hay retos que debemos considerar. La dependencia de insumos importados y las condiciones de pago para transacciones internacionales son obstáculos que podrían ralentizar este proceso. Superar estas barreras requerirá un enfoque coordinado entre los sectores público y privado, adaptándonos a las limitaciones actuales y buscando nuevas soluciones”.
En definitiva, indica Soruco, 2025 representa una oportunidad para que Bolivia redefina su enfoque hacia la sostenibilidad. Aunque su enfoque está en la electromovilidad, es claro que la sostenibilidad empresarial ha tomado fuerza en Bolivia en los últimos años. Ha visto varios proyectos interesantes, desde reciclaje hasta energías renovables. La situación económica y política del país es difícil y no tendrá una solución rápida, pero los bolivianos somos buenos para sobrellevar la crisis, somos creativos y trabajadores, y aunque los desafíos existen, no cree que eso signifique un retroceso o pausa en temas de sostenibilidad, sino que el 2025 va a sorprendernos”.
Creación de un modelo que impulse negocios de triple impacto, una necesidad
Manuel Laredo, CEO Fundador de Mamut, afirma que “en el contexto actual boliviano, la sostenibilidad se presenta como una oportunidad para un nuevo modelo de desarrollo que busque generar bienestar y no solo riqueza, creando empleos y promoviendo el desarrollo económico. En este sentido, la creación de modelos de negocios sostenibles de triple impacto se vuelve una necesidad urgente.
La escasez de materias primas en 2025 podría obligar a adoptar un mayor enfoque en el ecodiseño, mejorar las cadenas de valor de materiales reciclables y apostar por productos diseñados promoviendo la minería urbana”. También indica que es fundamental potenciar modelos de negocios basados en la agroindustria, como la castaña, que requieren proteger la Amazonía. “Las soluciones sostenibles no solo pueden mejorar la competitividad de estas industrias, sino que también son cruciales para la preservación de nuestra selva, especialmente en un momento en que el chaqueo representa un problema no solo ambiental, sino también de salud pública.
El impacto negativo del chaqueo afecta la calidad del aire, la biodiversidad y los recursos hídricos, lo que agrava las condiciones de vida de las comunidades cercanas.
Es fundamental abordar este problema con alternativas sostenibles que protejan nuestros ecosistemas y promuevan un desarrollo económico más saludable y resiliente. Una situación similar puede aplicarse al desafío del acceso a energía fósil en Bolivia, lo que abre la puerta a modelos de negocios basados en energías renovables e incluso al hidrógeno verde, que ya está siendo considerado como parte de los planes de transición energética a nivel global.
El mayor riesgo es no ver la sostenibilidad como una oportunidad para mejorar la competitividad y continuar con los mismos modelos de negocio, esperando resultados diferentes. Esto puede generar un deterioro no solo de nuestro medio ambiente, sino también de la economía, ya que nos hemos dado cuenta de que dañar un río, con el pretexto de generar recursos económicos, que luego nos cuesta 100 millones arreglar, es claramente un mal negocio.”
Avanzar en alianzas estratégicas y evolución de la RSE hacia un modelo ESG
Luis Lugones Gerente Nacional de Asuntos Públicos & ESG de EMBOL sugiere que “Bolivia encarará el 2025 con grandes aprendizajes y desafíos en cuestión de sostenibilidad. Según el Informe de Desarrollo Sostenible 2024, el país ocupa el puesto 90 entre 167 naciones, enfrentando problemas como la desnutrición, el acceso limitado a agua potable y la pérdida de biodiversidad. Estos retos afectan directamente a comunidades rurales y urbanas, como familias que no cuentan con fuentes hídricas seguras o mujeres que aún encuentran barreras para participar plenamente en la economía. Para enfrentar estas problemáticas, propone que Bolivia debe apostar por alianzas estratégicas entre gobierno, empresas y sociedad civil, combinando recursos y conocimiento para fomentar un desarrollo económico y social. Un claro ejemplo es el proyecto de Mercados Turísticos que canaliza los esfuerzos de gobiernos municipales, PNUD y EMBOL Coca-Cola para capacitar en gastronomía y negocios a mujeres de mercados con el objetivo de fortalecer sus emprendimientos.
Otro desafío en cancha de la empresa privada radica en la evolución de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) hacia un modelo ESG (ambiental, social y de gobernanza) más integral y estratégico. Nuestro contexto demanda integrar la sostenibilidad como un eje transversal en las operaciones y decisiones empresariales. Desde EMBOL tenemos el compromiso de liderar este cambio al colocar las políticas ESG en el corazón de la estrategia empresarial, rumbo hacia una industria de bebidas 100% sostenible y si se continúa avanzando en la integración de políticas ESG, Bolivia tendrá la oportunidad de liderar en la región, construyendo un modelo de desarrollo que proteja el medio ambiente y transforme la vida de las personas”.
Finalmente, Jannett Oporto Villegas directora de InfoRSE y Javier Espada Valenzuela CEO de Javier Espada & Asociados lanzan su apuesta a lo que consideran marcarán los hitos de 2025 en materia de Sostenibilidad en Bolivia:
- Las normas aprobadas por el Parlamento Europeo presionarán a que sectores como: cacao, quinua, carne, madera y forestal comiencen a gestionar rápidamente su gestión de Sostenibilidad y presentar sus reportes con estándares cada vez más avanzados.
- Considerando que este es año electoral, es altamente probable que las propuestas electorales incorporen a la Sostenibilidad como una oportunidad para los negocios y la recuperación económica, así como el cumplimiento de los ODS como país. Habrá que revisar con lupa estas propuestas.
- Las empresas que incluyan a la Sostenibilidad en sus presupuestos y en el giro del negocio tendrán mayores probabilidades de sobrevivir al 2025. Deben dejar atrás la cultura filantrópica y poco estratégica.
- Existen grandes posibilidades de nuevas emisiones de bonos temáticos verdes y sociales, esperemos que logren concretarse al menos dos colocaciones exitosas en 2025 que se encuentran en puertas.
- Mayor alineación de las empresas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con el lanzamiento de la ISO 53001 que unificará el sistema de gestión a los ODS.
- La capacitación, al interior de las empresas, en temas que incluyen los pilares estratégicos de la sostenibilidad formarán parte de su accionar en 2025 para generar mayor conciencia y su posterior incorporación en sus políticas.
- Realizar el primer reporte de sostenibilidad, sin importante el tamaño de la empresa, también será parte de los desafíos que deben plantearse las empresas, un factor importante en el ámbito de la competitividad.
- Mayor regulación para acelerar la transición a economías más verdes por parte del Estado y los gobiernos sub-nacionales.
- Mayor debate en torno a la Economía Circular y Bioeconomía como opciones de modelo de desarrollo.
- Se invertirán más recursos en sensibilización, educación y conciencia pública sobre Sostenibilidad, como prioridades a todo nivel.