Los datos revelan la importancia de conciliar la vida laboral y personal familiar en las empresas bolivianas para promover la igualdad de género y el desarrollo sostenible.
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Marzo, 2025.- Pro Mujer y CECI Tea Weeb, con el apoyo del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC) de Canadá y el gobierno de Canadá, han presentado la investigación “La contribución del sector empresarial a la transformación de los roles de género y a la redistribución del trabajo de cuidado«, que evidencia el estado de situación del derecho al cuidado en las empresas, analizando desde un enfoque transformativo en género la existencia y aplicación de prácticas y políticas de cuidado y de conciliación de la vida laboral y personal familiar, en empresas grandes, medianas y pequeñas ubicadas en Cochabamba, El Alto, La Paz y Santa Cruz. Así también, la identificación de las barreras, las mejores estrategias y prácticas que favorecen la corresponsabilidad en el cuidado en el sector empresarial.
Las mujeres se enfrentan a obstáculos estructurales que dificultan su acceso a oportunidades laborales equitativas y la posibilidad de armonizar sus roles en el empleo y en el hogar. Esto a pesar de la existencia de normativas que buscan promover la equidad, pues existe una brecha significativa entre la ley, política y su aplicación práctica. Se sabe que la menor dedicación de tiempo al empleo por parte de las mujeres está relacionada con su mayor dedicación de tiempo a trabajos no remunerados relacionados al cuidado. Prácticamente la situación inversa se observa para los hombres. En La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, hay menos mujeres que hombres en trabajos pagados: 45,8% frente a 55,6%. A esa brecha de diez puntos se añade que los hombres tienen casi dos horas más de tiempo pagado que las mujeres. En cambio, en los trabajos sin pago, las mujeres tienen una mayor participación (95%) que los hombres (89%), por más de tres horas, en actividades que garantizan la alimentación, el aseo, la salud, las provisiones, el cuidado, en suma, el bienestar y la reparación de fuerzas de los miembros de la familia (CEDLA 2024).
En ese marco, la investigación presentada contempla dos pesquisas complementarias desarrolladas por el Instituto Mujer Empresa de la Universidad Franz Tamayo (UNIFRANZ-IME) y el Instituto de Investigación Socioeconómica de la Universidad Católica Boliviana (UCB-IISEC). Ambas contaron con el acompañamiento de un panel de expertas en economía del cuidado y trabajo no remunerado liderado asegurando la complementariedad, coherencia y calidad de la investigación. Las empresas estudiadas representan las mejores opciones para que las mujeres trabajen y para que trabajadores concilien sus responsabilidades familiares con las laborales. En ambas investigaciones se recoge el sector formal de la economía. Las empresas parte del estudio representan el mejor escenario del país y están alineadas a los principios establecidos por Naciones Unidas a través de los Principios de Empoderamiento de las Mujeres (WEPs) y Empresas que Cuidan del Pacto Global, y/o Great Place to Work y/o CAMEBOL – Cámara de Empresarias de Bolivia.
La relevancia de estas investigaciones está en su potencial para aportar a la construcción de un marco laboral más justo e inclusivo, que integre el derecho al cuidado como un eje transversal de las políticas de conciliación laboral y familiar. La relevancia del tema y por tanto de las investigaciones se extiende al desarrollo infantil, la igualdad de género y como parte de ella una mayor participación de las mujeres en el mercado laboral, lo cual es clave para el crecimiento económico y el desarrollo sostenible en Bolivia.
¿Qué pueden hacer las empresas?
Las empresas pueden promover el cuidado desde tres grandes dimensiones: tiempo, dinero, y servicios e infraestructuras. En primer lugar, la promoción de los tiempos para cuidar puede incluir un amplio abanico de opciones, desde extensión e implementación de las licencias por encima del marco normativo vigente, hasta políticas para flexibilizar los tiempos de trabajo. En segundo lugar, la incorporación de medidas que brindan dinero para cuidar, en forma de asignaciones y pagos a trabajadoras y trabajadores para cubrir los costos asociados al cuidado. En tercer lugar, el diseño de medidas que propicien la conciliación laboral y familiar y el cuidado. Algunas de ellas pueden consistir en proporcionar espacios de cuidado de niñas y niños dentro de la empresa y espacios para la lactancia, entre otros. Desde estas tres dimensiones, las empresas pueden diseñar, implementar y evaluar sus políticas de cuidado, promoviendo un ambiente inclusivo y diverso y mejorando su reputación, visibilidad y fortaleciendo la fidelización de clientes
Beneficios para las empresas que implementan medidas de cuidados
Cuando una empresa se preocupa genuinamente por el bienestar de sus trabajadores, se desencadena una serie de beneficios que impulsan su crecimiento y rentabilidad. Atender las necesidades de cuidado de las y los trabajadores mejora del clima laboral. Un ambiente de trabajo positivo promueve la colaboración, la creatividad y la productividad entre las y los trabajadores. Así también, se reduce el ausentismo y aumenta la productividad y el crecimiento económico. Las empresas con trabajadores comprometidos superan a aquellas con trabajadores no comprometidos en un 202% en términos de rendimiento financiero (Gallup 2024).
Principales hallazgos de las investigaciones
Uno de los principales hallazgos es la necesidad de fortalecer las políticas de inclusión y cuidado, especialmente en sectores con baja representación de mujeres en posiciones de liderazgo. A pesar de algunos avances en la implementación de beneficios laborales, solo el 23% de las empresas llevan estadísticas sobre el uso de estos beneficios, lo que dificulta la evaluación de su impacto real. Si bien hay una tendencia creciente hacia la flexibilidad laboral, las medidas específicas como guarderías aún son poco frecuentes. Un dato alarmante es que el 30% de las personas trabajadoras desconocen sus derechos en materia de conciliación laboral y personal familiar, y el uso de horas extra sigue estando vinculado a la lealtad de trabajadoras y trabajadores en algunas empresas. Desde la perspectiva del sector privado, se subraya que la transformación de los roles de género dentro de las empresas sigue siendo incipiente. Aunque algunas empresas han adoptado medidas innovadoras, persisten sesgos de género que limitan el acceso equitativo a los beneficios de conciliación laboral-familiar. Se destaca también la importancia de institucionalizar y monitorear el uso de estas políticas para garantizar su efectividad y evitar su aplicación discrecional. La falta de reflexión sobre la equidad en el acceso a estos beneficios es una de las principales barreras para su consolidación en el ámbito empresarial.
En conclusión, si bien se han identificado prácticas prometedoras, el camino hacia una verdadera redistribución del trabajo de cuidado dentro del sector empresarial boliviano requiere un compromiso firme con la transformación cultural. Es imperativo fortalecer las políticas de equidad de género, mejorar los sistemas de monitoreo y fomentar una cultura organizacional que promueva la corresponsabilidad del cuidado como un derecho fundamental para el desarrollo económico y social del país. Con estos datos, actualizados y relevantes, Pro Mujer y CECI Tea Weeb buscan impulsar un cambio transformador en las empresas bolivianas que fomente la igualdad de género y reduzca las brechas existentes en el ámbito laboral.