La Unión Europea fomenta la colaboración público-privada, por ello volvemos a apoyar los Reconocimientos a la Resiliencia 2023, una iniciativa que permite ratificar el compromiso de la Unión Europea con las empresas bolivianas que apoyan a sus propios compatriotas.
Trabajar para promover la capacidad de resiliencia es reconocer que en el país la iniciativa privada se da maneras para seguir creciendo, aportando a su entorno y sobreponiéndose a los desafíos.
Este nuevo capítulo de colaboración con INFORSE (Información de Responsabilidad Social Empresarial), Gente Motivando Gente (GMG) y la Cámara Nacional de Industrias es una constatación de que, en el país, hay empresas que predican con el ejemplo y trabajan de una manera diferente, propositiva, y responsable.
Tenemos en Bolivia el mayor programa de cooperación europeo en Sudamérica, con 104 millones de Euros en donaciones entre 2021 y 2024 en áreas como agua y saneamiento, desarrollo rural, justicia y derechos humanos, y la lucha contra el narcotráfico.
Sabemos, sin embargo, que la cooperación tradicional es insuficiente para enfrentar los grandes desafíos que tenemos por delante, mucho más si es que queremos crear un mundo sin pobreza en un planeta habitable. En Latinoamérica existen las condiciones para potenciar un desarrollo más sostenible, con tierras fértiles, sol, viento y agua, y la capacidad de producir energía limpia, abundante y barata, además de los minerales críticos que permiten almacenar la energía eléctrica.
Todo ello necesita de inversiones mayores, públicas y privadas. Por ello, la Unión Europea busca movilizar más financiamiento a través de fondos no reembolsables, pero también a través de garantías para inversiones privadas. El programa que permite esta nueva forma de articulación se llama Global Gateway y tiene la meta global de invertir 150 mil millones de Euros hasta 2027, dentro de los que se incluyen 45 mil millones en América Latina y el Caribe.
Queremos apoyar proyectos que promueven el desarrollo de energías limpias y minerales críticos para que las excelentes condiciones naturales que existen aquí se traduzcan en mejoras concretas en las vidas de las personas.
Está claro que para ello necesitamos la colaboración del sector privado. Por ello es fundamental que la visión de la responsabilidad social corporativa sea algo diferente a la caridad o la filantropía y más bien se encare como un asunto estratégico que está en el corazón del modelo de negocios, es decir, un asunto que está presente en cómo se gana el dinero, no en cómo se gastan los rendimientos.
Deseamos avanzar juntos en ese rumbo, entre un programa de cooperación sólido y una estrategia de alianzas con proyección de futuro.
Las empresas cuyas iniciativas hemos reconocido, son un ejemplo y una inspiración. Felicidades a ellas; y que el futuro nos encuentre trabajando juntos con más y mejores resultados.