En la localidad de Chua Cocani (La Paz), más de 300 jóvenes que realizan el servicio militar en el Regimiento IV de Infantería del Ejército, recibieron capacitación sobre la lucha contra el tráfico ilegal de vida silvestre. Personal de la Dirección General de Biodiversidad y Áreas Protegidas (DGBAP) del Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAyA) informaron a los conscriptos sobre las consecuencias de la venta comercial de especies animales salvajes o productos derivados, además de mecanismos específicos para luchar contra esta actividad ilícita.
La disertación estuvo enfocada en la normativa vigente que respalda la lucha contra el tráfico ilegal y también la responsabilidad de cada institución para evitar el daño contra la biodiversidad.
El tráfico de vida silvestre pone en riesgo de extinción a una gran cantidad de especies animales, como el jaguar, cóndor, gato andino, guanaco, paraba, bufeo y otros.
Datos del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca) en su página web señala que Bolivia es uno de los 17 países considerados megabiodiversos, debido a su alta diversidad de especies de animales y plantas.
Añade que el tráfico de animales constituye el tercer negocio ilícito más importante del mundo y en los últimos años ha mostrado un crecimiento preocupante en cuanto a su impacto sobre la biodiversidad boliviana. No obstante, paradójicamente, nuestra vida silvestre enfrenta amenazas aún mayores como la destrucción de hábitat, especies introducidas y cadenas de extinción.
La destrucción de hábitat se refiere al proceso por el cual un hábitat natural es transformado en un hábitat incapaz de mantener a las especies.
La deforestación, por ejemplo, no solamente implica la pérdida de las especies de árboles taladas, sino también implica que las otras especies de plantas y animales que dependían de estos árboles pierden su lugar donde vivir.
Los jaguares, por ejemplo, no pueden vivir sin una abundancia de potenciales presas. Y la mayoría de sus presas a la vez requiere de los bosques.
El jaguar en este sentido es una especie indicador del estado de conservación de los ecosistemas en general. La conversión de los bosques en pastizales o áreas de monocultivo es la mayor amenaza para los jaguares, y para muchos otros seres vivos.
Según el CIPCA, es clave tener mayor claridad sobre las amenazas para las diferentes especies. En este sentido los libros rojos sobre especies amenazadas, elaboradas por el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, constituyen herramientas indispensables para la planificación de áreas protegidas y el diseño de estrategias de protección de especies en peligro de extinción.