Los brigadistas en Embol velan por la seguridad de los trabajadores. Su experiencia en emergencias les llevó a dar apoyo en los incendios en septiembre.
Embol, la embotelladora de Coca-Cola en Bolivia, cuenta con un equipo de 211 brigadistas entrenados para enfrentar cualquier tipo de emergencia que ocurra en sus plantas. Comprometidos con su vocación de servicio y el cuidado del medio ambiente, 30 de ellos acudieron en forma voluntaria a la Chiquitania boliviana para ayudar a combatir los incendios que arrasaron la zona.
Te preparan, te enseñan y te explican la teoría hasta que de un momento a otro la realidad supera lo escrito en los libros y lo aprendido en cursos. Esto fue lo que le pasó a Aldo Daniel Viñaya, operador en línea de Embol en Cochabamba e integrante de la brigada de emergencia de la planta. El trabajador fue uno de los representantes de la embotelladora de Coca-Cola que se sumaron al combate contra los incendios en la Chiquitania boliviana. A pesar del esfuerzo de las autoridades, bomberos y voluntarios, el fuego arrasó en septiembre con más de cinco millones de hectáreas de selva.
“Hace nueve años que trabajo como brigadista y la vocación de servicio la llevamos en la sangre”, explicó Aldo a Journey.
También fue de la partida Micaela Miranda, Supervisora de Método en la planta de La Paz, quien no dudó un segundo y se presentó como voluntaria para sofocar los incendios. Dejó a su familia y partió desde los andes hacia las llanuras orientales. “Ni siquiera lo pensé, si el país nos necesita y nosotros estamos capacitados para estas situaciones, ahí estaremos las veces que sean necesarias”, aseguró la joven.
Su labor, al igual que la de más de 200 compañeros que integran los grupos de Santa Cruz, Tarija, La Paz y Cochabamba, no está exenta de riesgos y adrenalina. Rescates, primeros auxilios, evacuaciones e incendios son algunas de las tareas que desempeñan como parte de la política de seguridad del personal. Las brigadas de cada planta recibieron capacitación por parte del cuerpo de bomberos de la Policía y el grupo de rescate SAR-Bolivia.
A Roberto Osinaga, trabajador de la planta de Santa Cruz, la experiencia en la Chiquitania lo marcó para siempre. Llegó a la zona del incendio para llevar donaciones de la empresa y de los trabajadores. “Es tanta la impotencia que se siente. Faltan los recursos, faltan manos. Queríamos seguir pero las fuerzas ya no nos daban”, relató con un nudo en la garganta este bombero voluntario, que inventó su propia máquina para combatir el fuego con una manguera y un pequeño motor.
Aunque los brigadistas no enfrentaron situaciones graves de emergencia en ninguna de las plantas embotelladoras, llevan adelante una serie de simulacros para reforzar los sistemas de seguridad y prevención.
Los 30 voluntarios que participaron del combate al fuego en la Chiquitania fueron reconocidos por los ejecutivos nacionales de Embol en la planta de Santa Cruz: el Gerente Nacional de la embotelladora, Herbert Vargas, felicitó y reconoció con una medalla al valor a cada uno de los bomberos voluntarios.
Fuente: Journey Bolivia