Abril, 2019.- Con el propósito de generar capacidades y oportunidades de inclusión en grupos vulnerables de Bolivia y de otros países de la región, CAF -banco de desarrollo de América Latina- está aplicando con éxito diferentes modelos de innovación social que contribuyen a encontrar soluciones a problemas de pobreza y desarrollo humano.
Ana Mercedes Botero, directora de Innovación Social de CAF explicó que la innovación social puede ser vista como un laboratorio donde se experimentan en territorio, conceptos, dinámicas y modelos que buscan capturar conocimientos prácticos para encontrar nuevas soluciones a la problemática de la realidad social y de desarrollo humano.
En ese marco dijo que entre los casos relevantes de innovación social que CAF ha implementado en Bolivia, están la metodología paraguaya del Semáforo de Eliminación de la Pobreza, junto a la Institución Financiera de Desarrollo (IFD) Diaconía que permite a las familias medir su nivel de pobreza e identificar estrategias personalizadas para solucionar sus carencias específicas de la mano de los sectores público y privado.
Se trata de una métrica y metodología que posibilita a las familias pobres auto diagnosticar su situación de pobreza con base en 50 indicadores. Actualmente se explora con el Ministerio de Planificación la implementación de un proyecto piloto en El Alto y otro territorio a identificar.
El Semáforo desagrega el concepto abrumador de la pobreza en problemas manejables, más pequeños que pueden ser resueltos vía acciones. De esta manera, las familias son las principales protagonistas de la eliminación de la pobreza, desde la auto-evaluación hasta la implementación de soluciones con orientación y asistencia.
Bankomunales, es otra innovación que se está aplicando en el altiplano boliviano y donde la educación e inclusión financiera está ayudando a las comunidades a mejorar sus condiciones de vida.
Los Bankomunales son pequeñas organizaciones asociativas de financiamiento destinadas a la población de escasos recursos sin acceso al sistema bancario tradicional, que se forman a partir de capitales aportados por los propios vecinos con el fin de invertir y prestarse servicios de crédito. Los socios son inversionistas dueños de acciones y asumen el riesgo de dar créditos para generar ganancias y repartírselas o reinvertirlas en acciones sociales.
En el país se lo aplicó desde hace tres años, formando 60 grupos o Bankomunales de entre 15 y 30 personas, y hasta el 2018 se lograron 1.500 socios, se invirtieron USD 60.000, rotando USD 1,3 millones en créditos. Hoy existe la posibilidad de llevar el modelo a Tarija, señaló Botero.
También hizo referencia al proyecto “Pan de Libertad”, un modelo innovador de empresa social co-creado de la mano de 220 internas del Centro de Orientación Femenina de Obrajes (COF) en alianza con las autoridades del país, para la creación de una empresa al interior del centro penitenciario que hoy genera ingresos económicos a través de una estrategia productiva de tejidos y panadería, y servicios que mejoran las condiciones de vida de las internas y adicionalmente obtienen capacitación en un oficio que les permite reinsertarse de forma digna en la sociedad, una vez que obtienen su libertad. En los últimos años este emprendimiento generó ingresos por USD 55 mil.
La explicación las realizó Botero en la ceremonia de entrega de reconocimientos a una veintena de programas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en Bolivia.
Fuente: CAF